Definitivamente NO, primeramente el aprendizaje sobresale de lo ordinario y común, no carece de importancia y mucho menos de novedad, por lo que no es trivial, sino que es un proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores, siendo un resultado del estudio, la experiencia y la observación, es una de las funciones mentales más importantes en los seres humanos.
Si se puede observar pero no se puede medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera, porque el aprendizaje es muy complejo. Se pueden medir los progresos conseguidos en cierto tiempo, para obtener las curvas de aprendizaje, que muestran la importancia de la repetición de algunas predisposiciones fisiológicas, de «los ensayos y errores», de los períodos de reposo tras los cuales se aceleran los progresos, etc.
El aprendizaje es adquirir, procesar, comprender y, finalmente, aplicar una información que nos ha sido «enseñada», es decir, cuando aprendemos nos adaptamos a las exigencias que los contextos nos demandan. El aprendizaje requiere un cambio relativamente estable de la conducta del individuo. Este cambio es producido tras asociaciones entre estímulo y respuesta.
Es el resultado de procesos cognitivos individuales mediante los cuales se asimilan e interiorizan nuevas informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se construyen nuevas representaciones mentales significativas y funcionales (conocimientos), que luego se pueden aplicar en situaciones diferentes a los contextos donde se aprendieron. Aprender no solamente consiste en memorizar información, es necesario también otras operaciones cognitivas que implican: conocer, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y valorar. En cualquier caso, el aprendizaje siempre conlleva un cambio en la estructura física del cerebro y con ello de su organización funcional.
Para aprender necesitamos de cuatro factores fundamentales: inteligencia, conocimientos previos, experiencia y motivación.
Coincido con la idea de Piaget que expresa que el aprendizaje se manifiesta con un cambio de conducta, y ese cambio de conducta es generado por los contenidos, la forma en que el individuo se apropia de éstos, dependiendo de sus intereses y de cómo los relaciona con su entorno y ese cambio de conducta no puede ser detectado y medido por simples preguntas de contenidos.
Si se puede observar pero no se puede medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera, porque el aprendizaje es muy complejo. Se pueden medir los progresos conseguidos en cierto tiempo, para obtener las curvas de aprendizaje, que muestran la importancia de la repetición de algunas predisposiciones fisiológicas, de «los ensayos y errores», de los períodos de reposo tras los cuales se aceleran los progresos, etc.
El aprendizaje es adquirir, procesar, comprender y, finalmente, aplicar una información que nos ha sido «enseñada», es decir, cuando aprendemos nos adaptamos a las exigencias que los contextos nos demandan. El aprendizaje requiere un cambio relativamente estable de la conducta del individuo. Este cambio es producido tras asociaciones entre estímulo y respuesta.
Es el resultado de procesos cognitivos individuales mediante los cuales se asimilan e interiorizan nuevas informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se construyen nuevas representaciones mentales significativas y funcionales (conocimientos), que luego se pueden aplicar en situaciones diferentes a los contextos donde se aprendieron. Aprender no solamente consiste en memorizar información, es necesario también otras operaciones cognitivas que implican: conocer, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y valorar. En cualquier caso, el aprendizaje siempre conlleva un cambio en la estructura física del cerebro y con ello de su organización funcional.
Para aprender necesitamos de cuatro factores fundamentales: inteligencia, conocimientos previos, experiencia y motivación.
Coincido con la idea de Piaget que expresa que el aprendizaje se manifiesta con un cambio de conducta, y ese cambio de conducta es generado por los contenidos, la forma en que el individuo se apropia de éstos, dependiendo de sus intereses y de cómo los relaciona con su entorno y ese cambio de conducta no puede ser detectado y medido por simples preguntas de contenidos.